SI los uruguayos somos nostálgicos ¿Y qué?
Algunos lo usan como una acusación, como si fuera un pecado, pero los uruguayos tenemos derecho y razones para ser nostálgicos.
Algunos lo usan como una acusación, como si fuera un pecado, pero los uruguayos tenemos derecho y razones para ser nostálgicos y de mirar el presente y el futuro con los pies bien plantados en el pasado.
Nuestro héroe nacional, José Artigas, fue uno de los más avanzados, progresistas y profundos luchadores independentistas y por los derechos y libertades de los pueblos, recogiendo las mejores ideas de la revolución norteamericana y francesa.
Un muchacho de 33 años, fue el gran reformador de la escuela y la educación uruguaya, en su carácter laica, publica, obligatoria y democrática, José Pedro Varela.
Fuimos el país de avanzada en América y en el mundo del Estado de Bienestar a principios del siglo XX, por nuestras leyes sociales, el derecho de las mujeres, las conquistas de nuestros trabajadores, con el aporte fundamental de José Batlle Ordoñez.
Un luchador por la democracia, perseguido por la dictadura, le dio un fuerte impulso renovador y avanzado a las ideas nacionalistas en su Partido Nacional, Wilson Ferreira Aldunate.
Un auténtico general de la república, un artiguista de ley, estuvo preso más de 10 años durante la dictadura por defender la democracia y encarnó la unidad de las ideas progresistas y avanzadas, Liber Seregni.
Y estas son algunas de las mejores páginas de nuestra historia.
Somos nostálgicos de nuestras grandes obras públicas, de los avances en los servicios sociales, en particular en la educación y la salud, y a partir de la caída de la dictadura, de nuestro sistema democrático, con sus virtudes y sus defectos, pero con su fortaleza fundamental, está en el corazón de los uruguayos.
Somos nostálgicos de nuestra cultura de nuestro arte, de nuestros pintores, escritores, escultores, hombres y mujeres del teatro y el cine, de nuestro canto y nuestra música.
Nostálgicos de la belleza y la elegancia de nuestra capital y de muchas ciudades del país. De nuestro deporte y en especial de nuestro fútbol y sus conquistas mundiales y continentales.
No queremos volver atrás, al contrario, aprendemos de nuestra historia para avanzar, para renovar las capacidades de nuestro país, sus libertades, sus derechos ciudadanos y su convivencia republicana y democrática.
Si, somos nostálgicos y transformadores ¿Y qué?